domingo, 7 de junio de 2009

Argentina - Los 5 problemas ambientales que jaquean a la Argentina

Clima, deforestación, agua, áreas protegidas y basura.

Supuestamente, hoy se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, pero en la Argentina no habría mucho para festejar. El cambio climático ya está impactando con más sequías y más inundaciones, y las estrategias de prevención para el futuro aún no están adoptadas. Todavía falta que se concrete una protección efectiva de los bosques y que haya más áreas protegidas para que no se sigan perdiendo más paisajes y más especies de animales y vegetales.

Aún persisten también serios problemas como la contaminación de cuencas de aguas, como es el lamentable caso del Riachuelo, y los residuos siguen abandonándose en basurales a cielo abierto, aunque en gran parte se podrían reciclar, según dijeron varios investigadores científicos y ambientalistas consultados por Clarín.

"Se han hecho avances, pero la Argentina aún no tiene definida una política ambiental", afirmó Osvaldo Canziani, meteorólogo y ex-presidente del Panel Intergubernamental de Cambio climático (IPCC), que ganó el premio Nobel de la Paz en 2007. "Sabemos que el cambio climático ya está produciendo su impacto negativo, pero en la Argentina aún no tenemos las redes de observación adecuadas para hacer un monitoreo efectivo de las lluvias y otros indicadores. Un gran acierto fue la decisión de la vuelta del Servicio Meteorológico Nacional a manos civiles".

De acuerdo con Canziani, el cambio climático global producirá mayor frecuencia de fenómenos extremos en el territorio argentino, como inundaciones y sequías, pero "el país no ha tomado medidas de adaptación que permitan minizar los impactos negativos, y evitar muertes, entre otras consecuencias".

El problema de la deforestación de los bosques fue frenado transitoriamente, a partir de la sanción de una ley nacional que fue reclamada por grupos ambientalistas y ciudadanos. Sólo queda el 20 por ciento de los bosques originales del país. Por la ley, se paralizó el avance de las topadoras. Ahora, las provincias deben fijar áreas para preservar, para un uso sustentable, y para convertir a la agricultura. "El dinero que el Estado debe girar para poner en marcha la ley todavía no apareció", resaltó Juan Carlos Villalonga, de Greenpeace Argentina.

"Creo que uno de los problemas más dramáticos es la falta de áreas protegidas", sostuvo Claudio Bertonatti, de la organización no gubernamental Fundación Vida Silvestre Argentina. En la actualidad, el 7 por ciento de la superficie del país está protegida, en forma de parques nacionales o reservas provinciales o municipales. "Pero el porcentaje óptimo debería ser mayor al 15%. No somos fundamentalistas, pero hay que alcanzar un equilibrio entre la conservación y los negocios del desmonte".

Otro problema: "La falta de acceso al agua potable, el derretimiento de glaciares, y la contaminación de acuíferos, ríos y lagos son los principales problemas. Debería realizarse un mejor manejo del agua para el futuro", opinó Pablo Canziani, director del programa de estudios atmosféricos de la Universidad Católica Argentina e investigador del Conicet.

La basura: "Ya sea en forma de basurales a cielo abierto o rellenos sanitarios, la basura se sigue enterrando. Sin embargo, se podría hacer una recolección diferencial, y se recuperaría el 80% de la basura", dijo Cecilia Allen, de la Alianza Global Antincineración.

Fuente http://www.clarin.com.ar


5 de junio Día mundial del Medio Ambiente

LONDRES, Inglaterra (EFE).- El control y el uso eficiente de los recursos biológicos del planeta es la principal herramienta con la que cuenta el ser humano en la carrera de fondo contra el cambio climático.

Así lo asegura un nuevo informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que se presenta en Londres con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, que este año acoge oficialmente México.

Bajo el título "¿Ajuste natural? El rol del ecosistema en el control del clima", el informe reclama a los Gobiernos la ejecución de políticas destinadas a aprovechar los recursos naturales de que dispone la tierra para hacer frente al calentamiento global.

El director ejecutivo del PNUMA y subdirector general de la ONU, Achim Steiner, considera que "se están destinando decenas de miles de millones de dólares para la captura de carbono y su almacenamiento mientras se pasa por alto un método que ha sido realmente útil durante milenios: la biosfera".

El documento hace especial hincapié en la necesidad de conservar la superficie forestal para reducir la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.

En concreto, señala que si se consiguen reducir a la mitad los niveles actuales de deforestación hasta 2100, se rebajarían las emisiones de carbono en 50 gigatoneladas (Gt) durante el próximo siglo.

Para lograrlo, el PNUMA anima a los Estados que se reunirán en diciembre en Copenhague con la intención de sellar un pacto contra el cambio climático a que aumenten la inversión en la conservación y rehabilitación de los bosques, así como para asegurar la supervivencia de los distintos ecosistemas.

En opinión de Steiner, estas iniciativas no sólo repercutirían positivamente en el medio ambiente, sino que proporcionarían importantes mejoras en el ámbito económico -con la creación de "empleos verdes"- o en las infraestructuras -a través, por ejemplo, del desarrollo de nuevos sistemas de canalización y abastecimiento de agua-.

Asimismo, el informe resalta la importancia de mejorar las prácticas agrícolas, generalizando el uso de nutrientes naturales y evitando remover la tierra, para compensar las emisiones de efecto invernadero generadas por el propio sector.

"Nuestro planeta cuenta -indica el informe- con ingeniosos y efectivos métodos para manejar las emisiones de carbono. Hay que mandar las señales oportunas a aquellos encargados de decidir el futuro político y económico y demostrarles la importancia crítica de preservar nuestros bosques, praderas y zonas agrícolas frente al cambio climático".

06 – 05 – 09