martes, 4 de mayo de 2010

Sobre los sucesos en Bagua, desde Jaén

Actualidad - Perú

Jueves, 11 de Junio de 2009 13:10
Queridas amigas y amigos: comparto con ustedes algunos datos y reflexiones sobre la tragedia vivida en Bagua en días pasados.

por Fernando*

Los aguarunas tienen una mentalidad totalmente distinta de la nuestra. Por eso no es lo mismo enfrentar un paro en la costa que en la selva. Son descendientes de los jíbaros que han sido una de las culturas más agresivas de la Amazonía. Tienen apenas 80 años de contacto con nuestra cultura occidental. Hasta hace 50 años reducían las cabezas de sus enemigos. Son muy amistosos y agradecidos cuando se les trata bien. Pero pueden llegar a ser muy violentos cuando se sienten amenazados. En su cosmovisión el bosque, los ríos y los animales son morada de los espíritus. Por ello atentar contra el medio ambiente es atentar contra su religión. Ver talados los bosques o contaminados los ríos es como si nosotros viéramos destruida la catedral para edificar un centro comercial o algo así. Y han tenido muy malas experiencias con empresas que trabajan en su territorio. Nosotros con nuestra mentalidad cristiana sabemos que hay que perdonar y la venganza es mala. Pero para ellos la venganza es una exigencia. Si no se vengan no acaban de derrotar al espíritu del enemigo y serían considerados como cobardes. El Apu es la autoridad indiscutible de la comunidad. Se le obedece y se le sigue porque se supone que tiene una gran sabiduría ancestral y además está en mayor contacto con las divinidades. (Pizango no es Apu).

La selva y sus culturas son un enigma para la mayoría de los peruanos de las otras regiones, no solo el Gobierno y los Congresistas. Ha habido pues una total falta de comunicación, y no sólo ahora. Los decretos cuestionados ponen en peligro el sistema de vida de los nativos. Entre ellos hay algunos profesionales y muchos maestros. No se les puede acusar genéricamente de ignorancia. No entienden como nosotros el “ser manipulados” porque las decisiones las toman en comunidad y son refrendadas por la autoridad del Apu.

Estas ideas quizás nos ayudan a entender un poco más el conflicto. El día de los hechos estuvieron presentes nuestro obispo Santiago García de la Rasilla y los párrocos de Jaén y Bagua. Conocen a los aguarunas e intentaron llegar a ellos. La policía les retuvo por varias horas. También estaban en la zona médicos y enfermeras del Vicariato así como los periodistas de radio Marañón (nuestra emisora). No se sabe quién comenzó a disparar. Los aguarunas tenían algunas armas modernas porque varios soldados nativos del vecino Cuartel El Milagro, se fugaron con sus armas para unirse a sus hermanos. Nuestra gente del Vicariato vio por lo menos 25 cadáveres de aguarunas y varios de policías. No se sabe cuantos nativos han muerto porque han desaparecido los cadáveres. Se calcula que unos 40. Si el jueves 4 el Congreso hubiera tratado el tema de los decretos leyes, tal vez se hubiera evitado el enfrentamiento. Esa dilación fue la gota que rebalsó el vaso.

Después del enfrentamiento murieron más aguarunas, cazados como animales. Se sabe ciertamente de 14 casos. Algunos de ellos cruzaron a nado el Marañón (bastante ancho) y se refugiaron en la parroquia de Bellavista. Otros lo hicieron en las capillas de las dos Baguas. Al día siguiente fue la matanza de los policías indefensos. Ese hecho nos llena de horror y de ninguna manera se puede justificar pero hay que entenderlo a la luz del espíritu de venganza propio de la cultura aguaruna.

La gente de estos lugares ha sido muy solidaria con los nativos proporcionando refugio, medicinas y víveres. Incluso mototaxistas con riesgo de su vida llevaban heridos a los hospitales. Hasta ahora quedan casi cien heridos. Hoy el P. Rector del seminario con nuestro camión ha viajado con unos 40 nativos para regresarlos a sus comunidades. Iban con un fiscal y un representante de la defensoría del pueblo.

Con estos tristes acontecimientos todos hemos perdido, y la brecha de desconfianza de los nativos amazónicos hacia el Estado Peruano se ha hecho enorme. El primer paso para rehacer la convivencia debe ser acercarse y dialogar, en sus comunidades, con ellos. Dios quiera que aprendamos la dura lección y en el futuro se eviten estos enfrentamientos.
Homenaje a los caídos en la Amazonia peruana
(Sucesos de Bagua)

Mi piel es la selva,
mis huesos las piedras,
mi sed los ríos,
mi lengua los pájaros.

¿Qué quieren las transnacionales?
Quemar mi tierra,
podrán;
acuchillar mi aire,
podrán;
torturar mis sueños,
podrán;
taladrar mis ojos,
podrán.
Pero coagular mi sangre,
no podrán;
extinguir mi ácido desoxirribonucleico,
no podrán.

¿Qué quieren las transnacionales...?
¿Mis entrañas?
Que abandone a mi madre,
mis hormigas y mis huellas vegetales.
Que apague mi sol y clausure mi amazonia.
No,
mi lluvia te dice no.

Me alzo entre la jungla.
Me levanto entre el agua y el fuego.
Más allá del horizonte,
más cerca de la vida que la muerte.

Autor: César Cando Mendoza
Junio,11 de 2009.
Carta del CACIQUE GUAICAIPURU CUATEMOC

LA VERDADERA DEUDA
A raíz de los sucesos de Bagua, donde murieron muchos indígenas Aguarunas defendiendo su territorio del saqueo de las transnacionales, con la complicidad del gobierno de turno, que pretendió dar un paquete de normas que lesionaban los derechos indígenas. Es oportuno traer la Carta del CACIQUE GUAICAIPURU CUATEMOC, que cobra vigencia ante los hechos sucedidos.

Esta carta la recupero de los pasillos de internet, donde circula. Es el discurso del líder indígena ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea en Barcelona (2002). Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Cacique Guaicaipuro Cuatémoc logró inquietar a su audiencia cuando dijo:


Señores
Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatémoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa. El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.

El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.

También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1.503 y 1660 llegaron a San Luicas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.

¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano! ¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos! ¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuatémoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.

Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan 'Marshalltezuma', para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra,la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos:

¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal. En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestros hermanos europeos la viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata.

¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre? Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica. Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota tal que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales. En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran entregándonos la bala con la que mataron al Poeta. Pero no podrán. Porque esa bala es el corazón de Europa.

Cuando el Cacique Guaicaipuro Cuatémoc dio su conferencia ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea, no sabía que estaba exponiendo una tesis de Derecho Internacional para determinar LA VERDADERA DEUDA EXTERNA, ahora sólo resta que algún gobierno latinoamericano tenga el valor suficiente para hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales.

lunes, 3 de mayo de 2010

Volveremos a tu seno, Pachamama


Somos hijos de la Madre Tierra, no sus "dominadores".

La Pachamama está herida, está enojada. En sus millones de años de existencia, nunca antes sus ciclos fueron tan violentados, nunca sus hijos la agredieron tanto, nunca fue tratada como un objeto sin vida, como un depósito de recursos inagotables para ser saqueados. En poco más de quinientos años, todo lo que ella alberga, todas las formas de vida han sido empujadas al borde de la extinción. La naturaleza quiere que le escuchemos.
En este Día de la Tierra, los pueblos del mundo están reunidos en Cochabamba, Bolivia, clamando por cambiar el sistema y no el clima. Comprometiéndose a volver a la armonía, al diálogo, al equilibrio. Para sentirnos nuevamente una parte más de la comunidad de la vida y no el centro del cosmos, supuestamente creados para “dominar” la naturaleza.
Si durante miles de años los pueblos indígenas supimos comprender los ciclos de la Madre Tierra, fue porque no buscábamos la acumulación individual e ilimitada sino la persistencia de la vida de todos los seres. Hoy, en cambio, todo está mercantilizado y las brechas entre ricos y pobres son cada vez más grandes. El hambre y la explotación que nos eran desconocidos ahora se extienden en el mundo mientras unos pocos enriquecen.
Nos ofrecieron “vivir mejor” y están arrasando con la vida. Nosotros, los pueblos indígenas, ofrecemos el buen vivir/vivir bien. Para preservar todas las formas de vida, para detener la crisis climática, signo más visible de la crisis de la civilización occidental. Para que las voces de todos y todas sean escuchadas. Para que las diferencias no nos distancien sino nos acerquen. Porque somos tan diversos como la Madre Naturaleza, podemos unir nuestras manos y garantizar la construcción de un futuro en armonía.

Pachamama, volvemos a ti, somos tus hijos, te curaremos.



Lima, 22 de abril de 2010.

Coordinación General CAOI