miércoles, 11 de noviembre de 2009

Benedicto XVI presenta una nueva relación fe-ciencia


CIUDAD DEL VATICANO, viernes 30 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI propuso este viernes una nueva relación de colaboración entre fe y ciencia, en particular la astronomía, superando así la polémica que durante siglos ha provocado el caso de Galileo Galilei. Según el Papa, la astronomía ha permitido y sigue permitiendo con sus descubrimientos comprender mejor el universo; por otra parte, la fe, permite también al científico descubrir las maravillas de la creación.
A esta conclusión llegó al recibir este viernes a un grupo de astrónomos de todo el mundo, que participan en un encuentro promovido por el Observatorio Astronómico Vaticano con motivo del Año Internacional de la Astronomía.
Este Año Internacional ha sido convocado por la UNESCO con motivo de la invención, hace cuatrocientos años, del telescopio de Galileo.
La reunión coincide con la inauguración de las nuevas instalaciones del Observatorio Vaticano, dirigido por el astrónomo y sacerdote jesuita argentino, José Gabriel Funes, en Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma.
"Como ustedes saben, la historia del Observatorio está vinculada de una forma muy real a la figura de Galileo, a las controversias que rodearon su investigación, y al intento de la Iglesia por lograr una comprensión correcta y fructífera de la relación entre ciencia y religión", reconoció el Papa en su discurso pronunciado en inglés.
Por este motivo, aprovechó el encuentro para expresar su gratitud "no sólo por los cuidadosos estudios que han aclarado el contexto histórico preciso de la condena de Galileo, sino también por los esfuerzos de todos aquellos comprometidos con el diálogo permanente y la reflexión sobre la complementariedad de la fe y la razón, al servicio de la una comprensión integral del hombre y de su lugar en el universo".
El caso de Galileo ha podido ser aclarado gracias a la comisión de estudio, que creó Juan Pablo II desde el 3 de julio de 1981 hasta el 31 de octubre de 1992, año del 350° aniversario de la muerte de Galileo.
El cardenal Paul Poupard, presidente emérito del Consejo Pontificio para la Cultura, coordinó las investigaciones desde el principio hasta el final, descubriendo cómo hubo errores evidentes en el proceso, pero al mismo tiempo constató que se ha manipulado en muchos libros de historia para dar una imagen de la Iglesia como "enemiga de la ciencia", según aclaró recientemente el mismo purpurado francés a ZENIT (Cf. "Galileo y el Vaticano: Un caso nunca archivado").
Benedicto XVI constató ante los astrónomos que "la cosmología moderna nos ha demostrado que ni nosotros, ni la tierra que pisamos, es el centro de nuestro universo, compuesto por miles de millones de galaxias, cada una de ellas con miríadas de estrellas y planetas".
"Sin embargo, al tratar de responder al reto de este año --el de levantar los ojos al cielo para redescubrir nuestro lugar en el universo-- ¿cómo no podemos quedar atrapados en la maravilla expresada por el salmista hace tanto tiempo?", cuando se preguntaba "Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas que fijaste tú, ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides?" (Salmo 8,4-5).
El pontífice confesó su esperanza en que "el asombro y exaltación que están destinados a ser los frutos de este Año Internacional de la Astronomía lleven más allá de la contemplación de las maravillas de la creación a la contemplación del Creador, y del amor, que es el motivo subyacente de la creación".
Las celebraciones del Año Internacional de la Astronomía están teniendo lugar entre el 30 y el 31 de octubre. Las celebraciones incluyen una conferencia del profesor John Huchra del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica y presidente de la Sociedad Astronómica Estadounidense.
El programa incluye un una visita a la Torre de los Vientos, en el Vaticano, construida en 1582, uno de los primeros observatorios astronómicos de historia, realizado con motivo de la reforma del Calendario Gregoriano, en 1582.
Los astrónomos puede visitar también los Archivos Secretos Vaticanos, y la exposición "Astrum 2009", en los Museos Vaticanos, que presenta 130 piezas históricas, incluidos manuscritos originales de Galileo.

Artículo compartido por Emanuel Sicre SJ

Por ahora no hay señales de vida inteligente fuera de la Tierra


Al iniciarse una semana de estudios dedicada a la Astrobiología, el director del Observatorio Astronómico Vaticano, el jesuita argentino padre José Funes, explicó que el objetivo de la Astrobiología es "la investigación sobre la posibilidad de vida tanto en nuestro sistema solar –en los lugares más próximos del universo– como en otros sistemas estelares".

Esta semana de estudios, promovida por la Academia Pontificia para las Ciencias en el marco del Año Internacional de la Astronomía, concluirá el próximo miércoles 11 de noviembre y busca, "hacer un balance de la situación de esta disciplina científica. Serán presentados los últimos resultados para ayudarnos a entender mejor en qué punto nos encontramos en el estudio de la vida en el universo, hacer una evaluación de la situación de esta disciplina en la que consideramos muy importante que la Iglesia esté involucrada, al menos acompañando los principales resultados reconocidos por la comunidad científica".

Tras comentar que "sabemos que existen cerca de 350 estrellas que tienen planetas que giran en torno de ellas y que entre ellos hay planetas que podrían ser parecidos al nuestro", el sacerdote afirmó que "existen programas destinados a la búsqueda de vida fuera de la Tierra. Obviamente hablamos de vida inteligente".

"No tenemos –continúa– ninguna prueba de la existencia de vida, ni tampoco de las formas más primitivas en el universo. Existen programas serios, entre los cuales el más conocido es el que busca 'capturar' –por así decirlo– posibles señales de una civilización más desarrollada que la nuestra".

Ello, prosigue, "tiene como premisa que esas civilizaciones sean desarrolladas, tengan una tecnología al menos análoga a la nuestra y que sean capaces de emitir señales. Hasta el momento no hay ningún resultado que pueda inducir a creer que exista vida inteligente fuera de la Tierra".

"Creo que la comparación entre los estudios que los biólogos hacen en la tierra, como de las formas de vida muy primitivas que pueden sobrevivir en condiciones extremas, como por ejemplo, en las profundidades oceánicas, pueden ayudarnos a comprender también las posibilidades de que exista vida también en otros mundos".

Al mismo tiempo, concluye, "si consiguiésemos descubrir si hay vida fuera de la tierra, eso podría ayudarnos a comprender mejor cómo la vida se formó y se desarrolló en nuestro planeta".


Artículo cedido por Emanuel Sicre Sj