sábado, 28 de marzo de 2009

Carta escrita en el año 2070
Estábamos en el año 2070, acabo de cumplir los cincuenta pero mi apariencia es de alguien de ochenta y cinco. Tengo serios problemas renales porque bebo muy poca agua. Creo que me resta muy poco tiempo. Hoy soy una de la personas más viejas de esta sociedad. 
Recuerdo cuando tenía 50 todo era muy diferente. Había muchos árboles en los parques, las casas tenían bonitos jardines y yo podía disfrutar de un baño quedándome debajo de la ducha por una hora. Ahora usamos toallas humedecidas en aceite mineral para limpiar la piel.
Antes todas las mujeres mostraban sus bonitas cabelleras, ahora debemos raparnos la cabeza para mantenerla limpia sin agua.
Antes mi padre lavaba el coche con agua que salía de una manguera, hoy los niños no creen que el agua se utilizaba de esa manera.
Recuerdo que había muchos anuncios  que decían "cuida el agua", solo que nadie les hacía caso; pensaban que el agua jamás se podía terminar.
Ahora todos los ríos,  represas, lagunas y mantos aquíferos están irreversiblemente contaminados o agotados.
Inmensos desiertos constituyen el paisaje que nos rodea por todos lados.
Las infecciones gastrointestinales, enfermedades de la piel y de las vías urinarias son las principales causas de muerte.
La industria está paralizada y el desempleo es dramático. Las fábricas desanilizadoras son la principal fuente de empleo y te pagan con agua potable en lugar de salario. Los asaltos por un bidón de agua son comunes en las calles desiertas. La comida es un ochenta por ciento sintética. 
Antes la cantidad de agua indicada como ideal para beber eran ocho vasos por día para una persona adulta. Hoy solo puedo beber medio vaso. La ropa es descartable, lo que aumenta la cantidad de basura. Tuvimos que volver a los pozos ciegos (cámara séptica) como el el siglo pasado porque las redes cloacales no se pueden usar por la falta de agua.
La apariencia de la población es horrorosa, cuerpos desfallecidos, arrugados por la deshidratación, llenos de llagas en la piel porque los rayos ultra violetas no tienen la capa de ozono que los filtraba en la atmósfera. Por la sequedad, la piel de una joven de veinte años está como si tuviera cuarenta. 
Los científicos investigan para no hay solución posible. No se puede fabricar agua, el oxígeno también está degradado por la falta de árboles lo que disminuyó el coeficiente intelectual de las nuevas generaciones.
Se alteró la morfología de los espermatozoides de muchos individuos. Como consecuencia hay muchos chicos con insuficiencias, mutaciones y deformaciones.
El gobierno hasta nos cobra por el aire que respiramos, 137m cúbicos por día por habitante y adulto. La gente que no puede pagar es retirada de las "zonas ventiladas", que están dotadas de gigantescos pulmones mecánicos que funcionan con energía solar. No son de buena calidad, pero se puede respirar. 
La edad media es de treinta y cinco años. En algunos países quedaron manchas de vegetación con su respectivo río, que es fuertemente custodiado por el ejécito. El agua se volvió un tesoro muy codiciado, más que el oro o los diamantes.  Aquí en cambio no hay árboles porque casi nunca llueve y cuando llega a registrarse alguna precipitación es de lluvia ácida.
Las estaciones del año están severamente transformadas por las pruebas atómicas y de las industrias contaminadas del siglo XX. 
Se advertía que había que cuidar el agua pero nadie hizo caso.
Cuando mi hija me pide que le hable de cuando era joven, describo lo bonito que eran los bosques,  le hablo de la lluvia, de las flores, de lo agradable que era darse un baño y poder pescar en los ríos, de las represas;  le cuento que bebía toda el agua que quería y de lo saludable que era toda la gente. Ella me pregunta: -"Papá, ¿por qué se acabó el agua?"-. Entonces siento un nudo en la garganta. No puedo dejar de sentirme culpable, porque pertenezco a la generación que terminó destruyendo el medio ambiente o simplemente que no tomó en cuenta los avisos.
Ahora nuestros hijos pagan un precio muy alto. Sinceramente creo que la vida en la tierra ya no será posible dentro de muy poco porque la destrucción del medio ambiente llegó a un punto irreversible. Cómo me gustaría volver atrás y y hacer que toda la humanidad hubiera comprendido ésto cuando podíamos hacer algo para salvar a nuestro planeta.

Carta publicada en la revista Crónica de los tiempos en abril de 2002.

En respuesta a esta carta la  ecóloga Alicia Bugallo comparte algunos juicios criticos sobre esta publicación. 
Este escenario parece ser el futuro inexorable del planeta por el aumento del calor solar, pero a millones de años, si vamos sorteando los riesgos de choque de asteroide, etc.
Respecto del escenario más cercano, no se dan pistas de los fundamentos de estos pronósticos tan precisos, ni siquiera aparece el nombre de los autores.
Con tanta falta de datos es difícil adherir sin más al panorama. Tal vez sea cierto al mediano plazo si no operan cambios.
La exposición adolece de varios 'errores', en relación a 'lluvias ácidas, pruebas atómicas y contaminación industrial del s. XX.
No hay referencias a las causas cotidianas del gasto del agua dulce; principal fuente de uso: la agricultura, luego la industria, luego el uso diario (los alumnos podrían investigar y verificar cuales son los porcentajes asociados a cada uso, a nivel global, o local, puede ser un buen ejercicio).
No es sólo el calentamiento global la amenaza, sino el uso en cultivos para alimentar a tantos seres humanos, tantos, tantos....
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario